¿Conejo, pato o conpato?

Inspiración: Un amigo mío publicó en Facebook el ‘gráfico’ abajo, que según el ángulo de vista puede parecer tanto un conejo como un pato. Acompañó esa imagen con una leyenda preguntándose si se trataba de un conejo, de un pato o de un conpato. Visto que era casi el día de Pascua, imaginé esa pequeña colección de referencias paródicas…

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No, lo que ven aquí se trata de un panejo, una especie cuya piel servía hace siglos para hacer paños.

Según dice el Diccionario de la Imaginaria Academia Española
paño n.m. Tela que se emplea en la cocina para secar la vajilla o para cualquier otro uso. Antiguamente se hacía con piel de panejo, hasta la casi extinción de esa especie animal en el siglo XIX. Ahora la palabra se ha extendido para referirse a paños de cualquier material y para cualquier uso.

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Panejo
Una antigua especie de animal de cacería, resultado de un cruce entre algunas especies de conejo y de pato. Se cazó tanto esa especie hasta que en España quedó extinta. De hecho, solo quedó extinta la especie natural de panejos. Por otro lado existe un fenómeno muy extraño con respeto a esa especie. Una vez al año, durante algunas semanas, aparecen nuevos panejos. Esos resultan de un extraño mestizaje. Algunos patos y conejos salvajes alrededor de las fábricas Valor, en la provincia de Alicante, adoptan prácticas reproductivas interespecies, generalmente al final del invierno.
Los científicos emitieron una teoría que sostiene que algunos desechos de las fábricas Valor acaban en su cadena alimentaria, y que eso favorece esos comportamientos. Hoy en día, por causa de una incompatibilidad genética y, sin duda, de la proximidad de las fábricas, los huevos creados por esos comportamientos no suelen ser viables, y aquellos que llegan al punto de eclosión dan animales que no lograrán vivir muy viejos. Por cierto, en muchos casos, esos huevos son compuestos casi exclusivamente de chocolate. Según dicen las principales teorías, la variedad de combinaciones genéticas explica por qué algunos huevos son más negros que otros, y que los sabores adicionales proceden de alimentos consumidos por los ‘padres’ del huevo. Eso fomentó otros rumores que sostienen que la empresa Valor sería por parte responsable de esa tendencia, proporcionando a los conejos y patos esos alimentos específicos y aumentando las emisiones y los desechos de las fábricas con el fin de generar ingresos extra durante el período de Semana Santa y Pascua. La empresa ha negado siempre con fuerza esas acusaciones.

El escándalo de los huevos de Pascua Valor (Resumen de El Paístizo del 19 de abril del 2016)
En las últimas semanas, aparecieron nuevos elementos que tienden a comprobar que los alrededores de las fábricas de chocolate Valor contienen cantidades anormales de avellanas, almendras y otras plantas que no suelen crecer en esa zona. Eso reanimó antiguos rumores que sostienen que la empresa Valor intenta deliberadamente modificar el ecosistema cerca de sus fábricas. varios grupos ecologistas militantes implementaron campañas masivas de sensibilización en las redes sociales, acusando a la empresa de contaminación y manipulación del medio ambiente. La empresa chocolatera suiza Milka adoptó el argumento de los miliantes en ese debate, quejándose que eso constituye un ‘tratamiento poco ético de los animales’. La empresa Valor, por su parte, sigue negando con fuerza todas las acusaciones, afirmando que ‘los turistas que pasan por ahí deben de haber dejado eso para alimentar a los animales.’
Los gerentes de Valor contestaron también con contra-acusaciones, diciendo que Milka tiene fama en el sector chocolatero por causa de sus propias violaciones de derechos animales, contra las cuales el gobierno suizo aún no hizo ninguna investigación: por una parte afirman que Milka manipula genéticamente a sus vacas para producir chocolate directamente en su leche (apoyan esa afirmación diciendo que esas modificaciones genéticas dan también a esas vacas una tinta morada muy evidente), y por otra parte afirman que Milka utiliza marmotas para embalar el chocolate en aluminio. Valor afirma también que esa última práctica no es nada higiénica, y que Milka debería de parar inmediatamente. Otras chocolaterías por el mundo entraron en ese debate, y al momento de escribir eso en abril de 2016 aún no hay ningún resultado concreto (probablemente habrán procesos judiciales por parte de Valor, y algunos hablan de investigaciones oficiales por parte de las autoridades españolas y suizas).
Otro hecho notable de ese escándalo, la empresa sueca de ultracongelados Findus también entró en el debate del lado de los militantes, repitiendo las acusaciones a las dos empresas y amenazándolas con procesos judiciales por ‘violaciones de códigos éticos’. Pero esa amenaza se considera generalmente como siendo hipócrita, visto que Findus misma ha sido involucrada en su propio escándalo hace unos años: supuestamente, habría integrado trazas de carne de caballo a sus productos sin informar a los consumidores de forma transparente.

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