Los Pitufos: ¿raza verdadera o pitufería?

Inspiración: Una amiga puso en Facebook una foto de la planta zarzaparrilla, sin saber que la planta misma sí existe de verdad, hasta fuera de las aventuras de los Pitufos, en la que les sirve de comida casi exclusiva. Así que cogí esa oportunidad para escribir ese artículo

LOS PITUFOS NO HABRÁN EXISTIDO SOLO EN HISTORIETAS, SEGÚN UN ESTUDIO

Bruselas,  4 de abril del 2016 – D. Concordel

Todos conocemos a esos pequeños seres azules siempre felices. E igual conocemos a sus mayores enemigos, el mago Gargamel y su gato malo Azrael. Los conocemos por medio de la famosa serie de historietas de Pierre Culliford, mejor conocido como Peyo. Lo que no sabemos tan bien, al revés, es que esas historietas no salieron de la imaginación de su autor sino de una intensa investigación que hizo entre unos cuantos documentos que encontró en algún lugar.

Poco después de la muerte del autor, uno de sus asociados encontró en su oficina un conjunto de pequeños pergaminos que parecían muy antiguos, escritos en una lengua de letra pequeña que primero se tenía que descifrar. Dicho asociado, el Sr. Jean-Claude Carbozooie, se pasó los últimos 24 años intentando descifrar y entender todo eso. “Tardó mucho, visto que la lengua es bastante complicada. Primero, su alfabeto lleva 32 letras en vez de las 26 que conocemos. Otra cosa que lo hace más complejo es que hay una palabra que se repite en todo tipo de contextos, y en todas las formas gramaticales posibles. Pero después de 24 años, ya conseguí desarrollar una metodología de análisis que me permitió descifrar esos textos. Parece que hayan sido escritos en pitufés medieval.”

Sin embargo, nos indica Carbozooie que sospechó algo de eso desde el inicio de su trabajo. “La repetición de esa palabra, ‘petofo’ [la forma medieval de la palabra] me pareció, al inicio, bastante extraña. Pero un día, mientras trabajaba en eso, vi en el estante el libro “El cosmopitufo”, y ya me salió el vínculo. Eso me permitió rever mi metodología de investigación. Pero como faltan porciones importantes de esos documentos, tardé mucho en reconstruir la lengua pitufesa y entender el contenido de los documentos.” Otra complicación a la que se tuvo que enfrentar fue la variación de sintaxis. Nos acordamos del episodio “Pitufo verde y verde pitufo”, en el que el pueblo entero se dividió en dos con respeto a las sintaxis diferentes.

El Sr. Carbozooie nos explica que, según entendió, los documentos analizados son las memorias de Papá Pitufo, junto con algunas largas disertaciones del Pitufo Gafotas y varias anécdotas escritas por otros miembros de la pequeña comunidad. Parece que las memorias son las que inspiraron a Peyo las historietas. Algunas páginas quedaron dañadas, sin duda por el pasatiempo favorito del Pitufo Bromista, y eso también complica la lectura de los pergaminos.

Aún quedan muchas preguntas respeto a ese hallazgo y sus posibles implicaciones. ¿Peyo sabía de la existencia de una verdadera raza de pitufos, o habrá inventado y creado esos documentos también para divertirse? Su hermana Véronique nos dice más: “Aunque escribía historietas divertidas, no veía su trabajo como una broma. No solía crear teorías de conspiración alrededor de la existencia o no existencia de los pitufos en la vida real.” Pues nos queda la opción que intrigará a muchísimos fans e investigadores: parece que los pitufos sí existieron de verdad en alguna época.

El Sr. V. E. Getal, famoso botanista, nos dice que es posible encontrar alguna traza de los pitufos por medio de la composición de los pergaminos, siguiendo la evolución de la especie Smilax aspera, llamada zarzaparrilla, que servía por parte a hacer los pergaminos pero igual era su comida favorita. Dice que de esa forma, “podríamos saber en qué zona vivieron, y quizás seguir sus migraciones y evoluciones.” Desgraciadamente, esa planta está muy presente en todo el mundo, desde México hasta la India, pasando por Europa y África. “Pero el análisis de las variedades presentes y de aquellas mencionadas en los textos por sus características y sus efectos, se podría determinar una zona más precisa en la que vivían (o siguen viviendo, ¿quién sabe?) esas criaturas.”.

Durante nuestra investigación, también intentamos encontrar alguna traza de la descendencia de Gargamel. Hasta ahora no hemos encontrado nada de muy concreto, excepto un alemán

de 68 años,

Friedrich Gärgmeller, que vive en Worms, y nos dijo: “existe una historia bien conocida en mi familia, que cuenta como uno de nuestros antepasados, en el siglo 14, había conocido a una raza de pequeños hombrecillos azules que solían devastar sus culturas de zarzaparrilla, que usaba tanto para comer como para tratar su gota y calmar sus reumatismos. Siempre creí que con esa historia aludía a los Nibelungen, un pueblo mítico de enanos en una antigua epopeya germánica, y que esa historia se la había inventado él. Pero ese nuevo hallazgo cambia todo.”

Queda mucho por aprender respeto a esa misteriosa raza. ¿Cuándo existieron? ¿Será que desaparecieron, y por qué? Y si aún existen, ¿dónde diablos se habrán pitufado? Les tocará a otros pitufadores el pitufar la verdad.

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